San Quirico y Santa Julita

16 de Junio
Patronos de Covaleda

SAN QUIRICO Y SANTA JULITA, MÁRTIRES
Los primeros datos sobre la celebración de esta fiesta en Covaleda se remontan a muy antiguo. Hay alusiones en las Crónicas de Fernán González a que huestes de Covaleda le ayudaron en su guerra contra moros por las tierras del Alfoz de Lara, concretamente en la batalla victoriosa tenida el 16 de junio del 929, festividad de San Quirico y Santa Julita que, en agradecimiento por la ayuda prestada, donó bienes para construir una iglesia en el pueblo con la advocación de estos santos nombrándolos patronos de la parroquia.

Cuenta la tradición cristiana que Julita, noble y virtuosa mujer de Licaonia, comenzó a temer, tras la publicación de los decretos contra los cristianos de los emperadores Diocleciano y Maximiano, que su hijo Quirico, a quien deseaba mantener en la fe católica, pudiese sufrir algún daño. Para evitar esa posibilidad se alejó de su casa y fue a vivir primero a la provincia de Isauria, después a la de Iconia y finalmente a Tarso. Hasta allí la siguieron los decretos y las acusaciones y hasta allí llegó la orden para que Alejandro, el gobernador, persiguiese a la nueva religión. Habiendo interrogado a la madre y habiéndose mostrado ella tan firme como tenaz en sus ideas, Alejandro tomó en sus brazos al niño Quirico a quien con caricias pretendía atraer pero el niño sólo repetía: «Soy cristiano». La expresión, repetida una y mil veces por Quirico, enfadó al gobernador hasta el extremo de que en un arrebato de ira arrojó al niño contra el suelo partiéndole la cabeza, tras de lo cual ordenó que su madre fuese decapitada.

Santa Julita nació en Iconia, hoy Cogni, capital de Licaonia. Se caso con un caballero de la primera calidad, como correspondía a su nobleza. Se quedó viuda con veintidós años, con un hijo llamado San Quirico que todavía estaba en la cuna. Una vez viuda su principal atención fue criar al niño Quirico en la fe cristina. Cuando el niño tenia tres años , los emperadores Diocleciano y Maximiano publicaron un cruel edicto contra los cristianos, para exterminarlos en todo el imperio.

Julita decidió ponerse a cubierto de la tempestad por algún tiempo y dejó la provincia, acompañada por sus criadas. Abandono pues, su casa, sus grandes lujos y se retiró a Seleucia , en la provincia de Isauria. Los que no sabia Julita es que estaba más encendida esta capital por la persecución que en la Iconia. Su gobernador , Alejandro, aun más cruel que Domiciano, se dedicó a perseguir furiosamente a los cristianos. Obligada Julita a buscar abrigo más seguro, a pesar de la fatiga y de las incomodidades de un viaje tan largo se refugió en Tarso de Cilicia, con tan mala suerte que la persiguieron hasta allí.

Arrastraron a Julita y fue llevada junto a su hijo ante el gobernador sin mostrar alteración ni sobresalto.

Informado Alejandro de la alta posición económica de Julita la recibió con mucha cortesía y la pregunto si era cristiana y ella respondió : “ Si lo soy y también mi hijo lo es”. El gobernador respondió: “ Me sorprende que una señora de tu alta cuna , tus años, tu ropa y tu espíritu se haya dejado infatuar de las extravagancias de esa religión” y añadió “ Los tormentos se hicieron en el mundo para los cristianos” y diciendo estas palabra encolerizado mandó que la arrancasen a su hijo de sus brazos y la pusieron en el potro.

Al ser la primera ejecución cristiana el gobernador quería atemorizar ala gente y fue especialmente cruel con Julita. Descargaron cobre ella una lluvia de azotes con nervios de bueyes y furiosos golpes. Al verse separado de su madre Quirico comenzó a llorar y a gritar. Viéndole el gobernador tan vivo y tan hermoso mandó que se lo trajeran. Se lo puso sobre las rodillas y empezó a acariciarle para intentar calmarle , intentó darle un beso pero el niño le parto con sus manecitas y dándole patadas con sus pequeños pies. Por más que intento Alejandro que el pequeño no viera a su madre ,no lo consiguió y el niño siempre miraba a su madre y gritaba continuamente: soy cristiano, soy cristiano… 

Irritando a Alejandro con esos gritos y furioso de sentirse burlado y con una cólera incontrolable, cogió al pequeño de una pierna se levanto y dijo: “ Ya que eres cristiano como tu madre, perecerás con ella” y le lanzo hacia el suelo con brutal fuerza que se hizo pedazos su pequeña cabecita , esparciendo los sesos por el suelo. Inhumanidad que detestaron con horror todos los allí presentes , desahogando en un sordo murmullo su indignación. Julita vio como su hijo moría y el gobernador la mando poner en el potro para seguir con las torturas , despedazando sus costados con uñas aceradas, echando pez derretida sobre sus pies… y Julita seguía gritando: “ Yo soy cristiana” El gobernador la amenazó con que sería tratada como su hijo y ella exclamó: “!Ahí si deseo con ansia alguna, cosa, es tener parte en su dicha y caminar cuanto antes a hacerle compañía en la Gloria. Ofendido el gobernador mandó que le cortasen la cabeza, su muerte fue el 16 de Junio del año 305.

Por la noche fueron las dos criadas a retirar el santo cuerpo y el de su hijo Quirico, los que enterraron en un sitio del territorio de Tarso, a bastante distancia del lugar del martirio. Una de las criadas vivió hasta el grande Constantino dio la paso a toda la iglesia, descubrió el precioso tesoro que había escondido por años y empezaron a acudir a venerar las santas reliquias, se hizo entonces celebre su culto en todo Oriente.

Dícese que , habiendo hecho un viaje hacia aquellas partes San Amatro, obispo de Auxerre, trajo consigo los cuerpos de San Quirico y Santa Julita , y los colocó en una iglesia que tuvo después su misma advocación. Lo cierto es que las muchas iglesias que hay en Francia dedicadas a estos dos Santos presumen constantemente que sus reliquias se repartieron entre varias, como Tolosa, en Clermont, en Arles, y singularmente en Nevers, que tiene por Patrón a San Ciro.

Quirico y Julita son considerados abogados de los pobres, de los aserradores y de los niños.

En Italia existen muchos pueblos y ciudades donde se alzan parroquias, templos, altares dedicados a los dos mártires, entre otras destacan las iglesias a ellos dedicada en Arezzo, Génova, Florencia, Pescia etc.

En España
Son varias las localidades en España que veneran a Julita y Quirico. En la provincia de Soria hay dos localidades que celebran sus fiestas patronales en honor a estos dos santos: Covaleda y Madruédano.

Además de Villanueva de la Sierra (en la provincia de Cáceres), son patronos de Valdeolivas y Landete en la Cuenca y de Cilleruelo de Arriba (en la provincia de Burgos). Tambien se celebra en Almadrones en la provincia de Guadalajara

En Matute, población de La Rioja, celebran la romería hasta la ermita situada en el monte de San Quiles (o Quirico) portando la imagen del titular, ya que la de su madre Santa Julita es de estancia permanente.

En Palacios del Alcor y en Castrillo de Villavega (Palencia), sus imágenes patronales se conservan, como en Villanueva de la Sierra, en la iglesia de la Asunción.

La localidad catalana de San Quirze (o Quirico) del Vallés toma su nombre de la abadía consagrada en 1050 por el obispo de Barcelona. En Durro (Lérida) hay una iglesia románica dedicada a los santos; en ella figuraban unas pinturas del siglo XII alusivas al martirio y fueron llevadas, por su calidad, al Museo de Arte de Cataluña, en Barcelona.

En Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real) la Ermita del Siglo XVI de los Santos Mártires o popularmente «Los Santitos», como allí se les conoce a estos dos santos, da nombre a todo un barrio de la localidad; además de la tradicional festividad el 16 de junio, también se les rinde culto el 29 de enero cuando se celebra el «Santo Voto», comida popular compuesta de un guiso de patatas y bacalao, vinculada con los votos o promesas en ruego de protección y agradecimiento de los supervivientes de la Peste Negra que asoló Europa en el Siglo XIV.

En Pueyo (Navarra) se reconstruyó la ermita Julita y Quirico, abandonada desde los años sesenta, y se recuperó la romería; y en otra localidad navarra, Navascués, hay también una ermita dedicada a ellos.

En la provincia de Álava, en Ulíbarri de Cuartango hay una iglesia dedicada a los santos, y en Lagrán hubo una ermita dedicada en la sierra y se arruinó en el siglo XIX pero se conserva una cueva llamada de San Quirico o San Kiliz.

En Parada de Rubiales, en la provincia de Salamanca, celebran el mismo patronazago, con imágenes veneradas en la iglesia de la Asunción.

En el Museo Diocesano de Palencia, se exhibe una tabla de autor anónimo del siglo XVI que representa el martirio de Santa Julita y San Quirico. En el retablo mayor de la iglesia parroquial de la Asunción, en la localidad palentina de Villamelendro, hay cuatro lienzos con escenas del martirio.