Santa Amonaria o Amalia

Amalia, Santa Mártir, 
12 de diciembre 
Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net
Etimológicamente significa “negligencia”. Viene de la lengua alemana.
Jesús dice: “ Quiero la misericordia y no el sacrificio”.
Fue mártir en el siglo III.

Es un nombre de origen germánico. Aparece en muchos calendarios en el día de hoy.
Muchos mártires murieron tal día como hoy bajo la tiranía del emperador Dioceciano.
De entre estos mártires había una llamada Ammonoaria, de cuyo nombre – cambiado , claro está -, viene el de Amalia.
Eran nombres paganos pero que, al convertirse al cristianismo, se los cambiaban.
Esta chica sufrió el martirio por haber tenido la valentía de plantarle cara al juez.

Cuando éste vio la decisión de la joven, se quedó dubitativo y dándole vueltas a la cabeza.
Pensaba en el origen de la fuerza que demostraban los cristianos ante él por defender su fe en el Crucificado.
Tras meditar seriamente qué tenía que hacer con la chica, mandó que le cortasen la cabeza a ella y a todas sus amigas y amigos.
El juez seguía meditando en lo que había ordenado. No se le veía feliz porque, en el fondo, había actuado en contra de su conciencia.
No veía nada falso ni malo en ella.

¿Cuál era su problema?
O bien moría él siendo coherente con su conciencia, o bien hacer lo que hizo. Había que obedecer las órdenes del emperador.
Otros jueces – lo hemos visto – ante una verdad tan clara -, se convirtieron al cristianismo. No le ocurrió igual al de Alejandría.

Santa Amonaria de Alejandría I fue una mártir cristiana, muerta en Alejandría, junto con Mercuria, Dionisia y otra Amonaria, víctimas de la persecución de Decio.

Biografía
En el Flos sanctorum de Pedro de Ribadeneyra, traducción de la Leyenda áurea, dice que Amonaria y sus amigas se presentaron voluntariamente ante el juez que Decio tenía en Alejandría. Le comenzaron a reprender y afear su rigor y crueldad y el error y ceguedad en que vivía, adorando por dioses a los demonios.

El rigor del juez se aplicó primero a Amonaria, virgen, de pocos años y mucha hermosura, que fue cruelmente torturada para obligarla a repetir las blasfemias que el juez le indicaba, pero ella se negó, resistiendo con fortaleza, y fue condenada a morir, probablemente decapitada.

Dionisio, Obispo de Alejandría fue testigo de algunos martirios de esta persecución y relató que Amonaria fue cruelmente torturada para obligarla a repetir las blasfemias que el juez le indicaba, pero ella se negó, resistiendo con fortaleza, y fue condenada a morir, probablemente decapitada.

La segunda, Mercuria, era ya anciana.
La tercera, Dionisia, que tenía varios hijos, los encomendó a Dios y sufrió el martirio por su amor.
No sabemos cómo se llamaba la cuarta, tal vez también Amonaria. El juez, que estaba furioso por no haber logrado vencer la firmeza de Amonaria, no quiso exponerse a otro fracaso y condenó inmediatamente a muerte a las otras tres, sin someterlas a torturas previas