Ponciano fue ordenado obispo de Roma el año 231. El emperador Maximino lo desterró a Cerdeña, a trabajo forzado en las minas, el año 235, junto con el presbítero Hipólito. San Ponciano fue el primer Papa que abdicó su pontificado.
Juntos murieron Mártires en el año 235.
Prefirieron extremos sufrimientos que renunciar a Jesucristo. El Cuerpo de Ponciano fue sepultado en el cementerio de Calixto, y el de Hipólito en el de la vía Tiburtina. La Iglesia romana tributaba culto a ambos mártires ya a principios del siglo IV.
El 13 de agosto celebramos el trasladado de los restos de San Ponciano, Papa, a la cripta de los Papas en el cementerio de San Calixto, y de SAN HIPÓLITO, sacerdote, al cementerio de la vía Tiburtina.
El Papa Pablo VI, el 13 de Agosto de 1969, autorizó que la celebración de ambos mártires se realizara el mismo día 13 de agosto.
Al llegar Ponciano a la Cátedra de Pedro, en el año 230, encontró a la Iglesia dividida por un cisma, cuyo autor era el sacerdote Hipólito, un maestro afamado por su conocimiento de la Escritura y por la profundidad de su pensamiento. Hipólito no se había avenido a aceptar la elección del diácono Calixto como papa (217) y, a partir de ese momento, se había erigido en jefe de una comunidad disidente, estimando que él representaba a la tradición, en tanto que Calixto y sus sucesores cedían peligrosamente al último capricho.
El año 235 estalló la persecución de Maximiano. Constatando que los cristianos de Roma se apoyaban en los dos obispos, el emperador mandó que arrestasen a ambos, y les condenó a trabajos forzados. Para que la Iglesia no se viera privada de cabeza en circunstancias tan difíciles, Ponciano renunció a su cargo e Hipólito hizo otro tanto.
Deportados a Cerdeña, se unieron en una misma confesión de fe, y no tardaron en encontrar la muerte.
Después de la persecución, el papa Fabián (236-250), pudo llevar a Roma los cuerpos de ambos mártires. El 13 de agosto es precisamente el aniversario de esta traslación.
Pronto se echó en olvido que Hipólito había sido el autor del cisma. Sólo se tuvo presente al mártir y doctor, hasta tal punto que un dibujo del siglo IV asocia sus nombres a los de Pedro y Pablo, Sixto y Lorenzo. Obras de San Hipólito:
Manifestación del misterio escondido
El agua y el Espíritu(atribuido a San Hipólito)
Ver también:
Fe inquebrantable, De las cartas de san Cipriano sobre la fe de los mártires. Oficio del día.
Fuentes Corazonesorg
Aciprensa