Santos Nicolas Pieck y 18 compañeros

9 de Julio
Mártires de Gorcum


Martirologio Romano: En Brielle, a orillas del río Mosa, en Holanda, pasión de los santos mártires Nicolás Pieck, presbítero, y de sus diez compañeros religiosos de la Orden de los Hermanos Menores y ocho del clero diocesano o regular, todos los cuales, por defender la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la autoridad de la Iglesia Romana, fueron sometidos por los calvinistas a toda clase de escarnios y tormentos, terminando ahorcados finalmente su combate (1572).

Etimológicamente: Nicolás = Aquel que es vencedor por el pueblo, es de origen griego.
Fecha de canonización: el 29 de junio de 1867 por el Papa Pío IX.

Es un grupo de 19 mártires a los que sometieron a un cruel martirio los calvinistas en Gorcum, cerca de Dordrecht en Holanda. Había un trasfondo político en este hecho, ya que Flandes en aquellos momentos pertenecía a la corona de española. El duque de Alba, gobernador de la región, fue derrotado por los calvinistas, y estos juraron vengarse no solo de todo lo que fuera leal a España, sino también a todos los católicos, sobre todos los religiosos, ya que se unía catolicismo, con España.

Dordrecht y Gorcum, cayeron en manos del capitan calvinista Marino Brandt. La resistencia de las fuerzas leales al rey Felipe II, quedaron reducidas a una pequeña guarnición en la ciudadela de Gorcum. Allí habian buscado refugio el clero secular (3 sacerdotes: Nicolás Janssen, Leonardo Veckel, Godofredo van Duynen) y los religiosos varones de Gorcum; once franciscanos (Antonio de Hoornaer, Antonio de Weest, Cornelio de Wich, Francisco Rod, Jerónimo de Weerden, Nicolás Pieck, Godofredo de Melveren, Nicasio Jonson, Pedro Van Assche, Teodorico van der Eel y Willaldo de Dinamarca). Un canónigo regular de San Agustín (Juan de Oesterwich). Las dos comunidades femeninas –la de los monasterios franciscanos y agustino- se habían disuelto tiempo atrás, ante el peligro.

Los religiosos presintiendo su final se prepararon con la penitencia y la eucaristía que les llevó el dominico alemán Juan de Colonia, párroco de Hoornaert, que venía de Colonia, y había perdido permiso a su prior provincial acudir en ayuda de los católicos holandeses. 

El conde de La Mark ordenó que los llevaran presos a Brielle. Medio desnudos fueron conducidos en una barca, que se detuvo en Dordrecht para que fueran insultados por el populacho. 
En Brielle fueron acogidos por el jefe de los "gueux" (mendigos) Lumey, que organizó un simulacro de procesión desde el puerto hasta el centro de la ciudad.
 Los religiosos sin perder la calma, daban gracias a Dios y cantaban el Te Deum. Llegaron a la cárcel y allí encontraron en prisión a otros tres sacerdotes: dos premostratenses (Adrián Beccan y Jacobo Lacops). Un sacerdote secular: Andrés Wonthers. 
Fueron interrogados y se les ofreció la libertad si renegaban de su fe, pero ninguno aceptó. 
Guillermo de Orange, dio la orden que se respetase su vida, pero Lumey se negó a obedecer. 
Fueron ahorcados en el viejo convento de Santa Isabel, de la ciudad holandesa de Brielle, fueron ahorcados desnudos para más escarnio, además los lazos de las sogas estaban mal hechos para que sufrieran más. Bajaron sus cuerpos y se ensañaron con ellos descuartizándolos y llevándolos por la ciudad como trofeos.

San Nicolás PieckNicolás Pick nació en Gorcum el 29 de agosto de 1543 de familia de príncipes venida a menos, hijo de Juan y Enrica Calvia. Su padre era apegadísimo a la fe católica y en varias circunstancias se distinguió por su celo contra los errores del calvinismo que invadía a Holanda. El futuro mártir fue enviado a estudiar en un colegio en Bois le Duc. Apenas terminados los estudios pidió y obtuvo ser recibido en la Orden de los Hermanos Menores, recibió el hábito, hizo el noviciado, profesó y luego fue enviado a la célebre universidad de Lovaina para completar los estudios de filosofía y teología, mereciendo los más altos elogios de sus profesores, en especial del rector, Padre Adan Sasbouth.

En 1558, habiendo crecido en la escuela de los santos y ardiendo en seráfica caridad para con Dios y para con los hermanos, fue ordenado sacerdote. De inmediato se dedicó a la predicación del mensaje evangélico, recorriendo las principales ciudades de Holanda y Bélgica, combatiendo en todas partes la herejía, fortaleciendo a los fieles en la fe católica, reconduciendo a Dios una verdadera multitud de pecadores y a la Iglesia Católica a muchos calvinistas. Por todos era venerado y estimado como auténtico apóstol de Cristo. Fue elegido guardián del convento de Gorcum y supo transformar aquel lugar en un seráfico cenáculo de virtudes, de oración, de ciencia y de santidad.

En Nicolás brillaba la angelical pureza de alma. Alimentaba una filial devoción a la Santísima virgen reina de los ángeles y madre de los creyentes. Consideraba perdido el día en que no hubiera ofrecido un homenaje de piedad o sobre todo algún sacrificio por amor de la Virgen. Cada día, además del oficio divino, recitaba la corona franciscana de ls siete alegrías de María Santísima. La recitación del rosario era para el piadoso religioso la credencial de reconocimiento que marcaba su tierno amor hacia la Madre celestial, era la expresión genuina de su piedad serena y jovial.

En Gorcum trabó amistad con el santo párroco Leonardo Wechel, en cuya compañía en 1572 habría de compartir las duras batallas por la fe y el supremo triunfo del martirio.