2 de Febrero
En Burdeos, en Francia, santa Juana de Lestonnac, la cual, siendo niña, rechazó la invitación y los esfuerzos de su madre para apartarla de la Iglesia católica y, al quedar viuda y después de educar convenientemente a sus cinco hijos, fundó la Sociedad de las Hijas de Nuestra Señora, a imitación de la Compañía de Jesús, para la educación cristiana de las muchachas.
Nació en Burdeos de madre calvinista; su padre, católico, era magistrado y consejero del rey. La niña fue objeto de contradicción. Fue bautizada en la Iglesia católica, a pesar de la oposición de su madre, que intentó inculcar en ella sus propias ideas. Pero su fe combatida, acabó por fortalecerse apoyada por su padre, su hermano Guido y su tío, el célebre filósofo Montaigne, que llamó a su sobrina "bella princesa albergada en magnífico palacio". Cuando tenía 13 años, empezó a frecuentar el ambiente de los jesuitas, que habían llegado a Burdeos hacía poco, y la espiritualidad ignaciana influyó poderosamente en la formación de su personalidad.
Cuando Juana tenía 17 años le prepararon un matrimonio con un tal Gascón de Montferrant, barón de Landriras, a pesar de que quería ingresar en la vida religiosa. Por esta razón será baronesa de Montferrant-Landriras al casarse por imposición paterna en 1573.
Tuvo 7 hijos. Con 41 años se quedó viuda. Inició, a los 47 años, (una vez acomodados los cuatro hijos supervivientes) el noviciado cisterciense en el monasterio Fuldense de Toulouse, regido por las religiosas bernardas, pero su mala salud le obligó a interrumpirlo; entonces se sintió llamada (parece que por una visión de María) a fundar un Instituto religioso para la educación de las jóvenes, con el fin de frenar el calvinismo; este será su carisma. Entonces se retiró a sus posesiones de Mothe Darriet para hacer vida de penitencia y oración. Durante la peste que asoló Burdeos salió a la calle a auxiliar a todos los enfermos que encontró.
En 1608 reunió a nueve compañeras más y fundó la Orden de Nuestra Señora de Burdeos (Compañía de María de la Enseñanza). Los jesuitas De Bordes y Raymond, le apoyaron y aconsejaron para que fundara una Congregacíón femenina con el espíritu de san Ignacio. Se fueron concretando las reglas de la Congregación, calcadas de las de san Ignacio, aunque el cardenal Sourdis quiso acoplar la obra en las reglas de las ursulinas, pero luego cedió. "La parte que Jesús nos da de su cruz nos hace conocer cuánto nos ama". Su proyecto fue aprobado por Pablo V en el 1607 y en Burdeos se abrió la primera casa. La Orden se difundió rápidamente: fundó alrededor de 30 casas y de todas ellas fue superiora general.
A causa de calumnias e intrigas de parte de una de sus religiosas, Blanca Hervé, fue depuesta y Blanca fue elegida superiora, y como tal la maltrató cruelmente y la hizo pasar algunos años de aislamiento, e incluso amenazó en expulsarla de la Congregación que Juana había fundado. Juana soportó sus pruebas con gran paciencia hasta que Blanca finalmente se arrepintió. Para entonces, sin embargo, santa Juana ya no deseaba ser repuesta como superiora y vivió sus restantes años en el retiro. Su lema fue "O trabajar o morir por la mayor gloria de Dios". Murió en Burdeos. Fue canonizada el 15 de mayo de 1949 por Pío XII.