San Jerónimo Emiliani Patrono de los huérfanos



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San Jerónimo Emiliani en la Enciclopedia Católica

San Jerónimo Emiliani fue un laico italiano que se consagró al servicio de los pobres y fundó la Congregación de los Clérigos Regulares de Somasca, con la que ayudó niños huérfanos de escasos recursos.

Jerónimo nació en Venecia (Italia) en 1486.

De joven fue militar y llegó a ser comandante de las fuerzas que defendían la fortaleza de Castelnouvo de Quero. Sin embargo, al ser apresado en su propio castillo, inicia su camino de conversión y le pide a la Virgen María por su liberación.

En el silencio de la cárcel Jerónimo encontró la amistad con Dios por medio de la oración y la meditación. Y un día, de forma inesperada, se liberó de los grilletes y logró salir sin oposición alguna.


Tras esta experiencia volvió a Venecia para dirigir la educación de sus sobrinos, y su tiempo libre lo consagró al estudio de la teología y a las obras de caridad.

En 1518 los hospitales y las casas de los pobres fueron sus destinos favoritos.

En 1531, tras la propagación de la peste del cólera, Jerónimo fue a Verona e indujo a los ciudadanos a construir un hospital; en Brescia erigió un orfanato; y en Bérgamo, uno para muchachos, y otro para muchachas. Allí también fundó la primera casa para mujeres de mala vida que deseaban hacer penitencia.

Con dos sacerdotes, Alejandro Besuzio y Agustín Bariso, ahora unidos a sus obras de caridad, fundó en 1532 una sociedad religiosa, colocando la casa matriz en Somasca (entre Milán y Bérgamo).

La Congregación, que en la actualidad cuenta con unas 75 casas en el mundo con unos 500 religiosos, se dedicó desde un inicio al cuidado de los huérfanos, pobres, enfermos, y ordenó que el hospedaje, la comida y la ropa, llevarán la marca de la pobreza religiosa.


Jerónimo falleció el 8 de febrero de 1537 a los 56 años. Después de muerto hizo numerosos milagros.

Fue beatificado por el Papa Benito XIV en 1747 y canonizado por el Papa Clemente XIII en 1767. Después el Pontífice Pío XI lo declaró Patrono de los niños huérfanos en 1928.


Oración a San Jerónimo Emiliani por trabajo y dinero


Bendito san Jerónimo Emiliani
que pasaste por la tierra haciendo el bien;
caritativo padre de los más necesitados,
noble y entregado servidor de los pobres,
que con dedicación consagraste tu vida a los demás,
y pusiste todas tus fuerzas y energías
en consolar y ayudar a los que sufrían carencias;
que con amor socorriste a los humildes,
a los niños desamparados,
a las viudas y a los enfermos,
para tratar de conseguir tu propia santificación
y la salvación de las almas y cuerpos de los afligidos,
y por ello Dios premió tu oración, tu sacrificio,
tu compasión, tu desprendimiento y generosidad
permitiéndote obrar frecuentes prodigios y milagros.

¡Oh prodigiosísimo San Jerónimo!,
conociendo cuan agradable eres ante Dios,
y por los múltiples favores y milagros
que por medio tuyo
se ha dignado otorgar a tus devotos,
acudo a ti para solicitar tu ayuda,
no desprecies mis humildes súplicas
y llévalas ante el trono del Altísimo,
pues, aunque me encuentro triste y afligido
y las dificultades me agobian
confío plenamente en el Amor,
la Bondad y Misericordia de nuestro Padre celestial.

¡Oh santo de los pobres y afligidos!
glorioso san Jerónimo,
ahora que gozas de la dicha eterna
dame tu auxilio, amparo y protección,
alivia mis angustias y necesidades
sobre todo mis estrecheces económicas
que ahora tanto me preocupan y abaten:

(hacer la petición),

te pido que por tu santa y poderosa intercesión,
y con la gracia de Dios Misericordioso,
sea escuchada mi oración
y mi petición sea despachada favorablemente.

¡Oh, san Jerónimo, santo de los milagros!,
alivia la congoja de mi corazón,
y haz que yo viva aquí
como verdadero amante de nuestro Señor,
para poder gozar de Él, junto a ti, en el Cielo.

Amén.



Oración a San Jerónimo Emiliani por un enfermo



¡Oh prodigiosísimo San Jerónimo!,
que durante vuestra vida mortal
y mucho más después
de vuestra gloriosa muerte,
os mostrasteis lleno de ternura
para con los enfermos,
especialmente con los niños,
obrando en su alivio maravillosos milagros.

Vos, que hicisteis brotar de seca peña
el agua prodigiosa y saludable
y abristeis para los que a Vos acuden
un manantial inagotable
de maravillas y gracias.

Os ruego me alcancéis la salud de:
(decir el nombre del enfermo)
por quien Os ruego,
para que experimente también él/ella
los beneficios de vuestra intercesión,
en la que pone todas sus esperanzas.

Amén.

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