SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO

BIOGRAFÍA
Imágenes de Santo Toribio de Mogrovejo

FIESTA: el 23 de marzo y el 27 de abril


SAN TORIBIO ALFONSO DE MOGROVEJO
Arzobispo de Lima, Perú
"Santo Padre de América"
1606 P.C.
Fiesta: 23 marzo

Martirologio Romano: Santo Toribio de Mogrovejo, obispo de Lima, que siendo laico, de origen español y licenciado en leyes, fue elegido para esta sede y se dirigió a América donde, inflamado en celo apostólico, visitó a pie varias veces la extensa diócesis, proveyó a la grey a él encomendada, fustigó en sínodos los abusos y los escándalos en el clero, defendió con valentía la Iglesia, catequizó y convirtió a los pueblos nativos, hasta que finalmente en Saña, del Perú, descansó en el Señor († 1606).

Etimológicamente: Toribio = Aquella persona dinámica y ruidosa, es de origen griego.
Fecha de canonizacion: 10 de diciembre de 1726 por el Papa BenedIcto XIII.

Nació en España hacia el 1538, y estudió derecho en Salamanca. Nombrado obispo de Lima el año 1580, marchó a América. Lleno de celo apostólico, reunió numerosos sínodos y concilios que promovieron con mucho fruto la vida religiosa de todo el virreinato. Defendió con valentía los derechos de la Iglesia, con gran dedicación a su grey y preocupación, sobre todo, por la población autóctona. Murió el año 1606.

Estudió leyes y, siendo profesor de derecho en la Universidad de Salamanca, el rey Felipe II lo nombró juez principal de la Inquisición, en Granada . Era cosa extraordinaria que un laico ocupase ese puesto. (Hay que saber que no todos los inquisidores eran injustos como se quiere hacer ver hoy día. Aquí tenemos el ejemplo de un inquisidor santo).

Algunos años después, la sede arzobispal de Lima quedó vacante. Toribio elegido en 1580 aun sin ser sacerdote. Fue ordenado sacerdote y obispo justo antes de ser enviado a Lima. Llegó en 1581. Allí comprendió lo ardua que era la misión que se le encomendaba su diócesis tenía unos 700km de costa y se adentraba hasta los Andes. Las comunicaciones eran muy malas. Pero el mas grave problema eran las actitudes de los hombres que venían a América para hacer fortuna. Trataban a los indios abusivamente como esclavos y daban a estos un desastroso ejemplo de cristianismo. Por otra parte el Consejo de las Indias, encargado de hacer justicia, estaba lejos en España y no sabía a quien creer.

El primer cuidado del nuevo arzobispo fue restaurar la disciplina de la vida eclesiástica que se había perdido. Se mostró inflexible con los escándalos del clero, castigando la injusticia el vicio sin distinción de personas. Empleaba su autoridad para propagar el evangelio y defender a los pobres de la opresión. Esto le ganó muchos enemigos y fue perseguido. Las autoridades obstaculizaban lo mas posible su trabajo. Pero su perseverancia dio mucho fruto. Reunió numerosos sínodos y concilios que promovieron con mucho fruto la vida religiosa de todo el virreinato.

A los que trataban de justificar su abusos con una torcida interpretación de la ley divina, el santo les respondía con las palabras de Tertuliano: "Cristo dijo: Yo soy la verdad. No dijo: Yo soy la costumbre". San Toribio no solo hablaba dedicaba toda su energía al servicio del pueblo de Dios. Lo hacía con gran caridad. Fundó numerosas iglesias, monasterios y hospitales. En 1591, fundó en Lima el primer seminario del Nuevo Mundo.

Siguió estudiando los dialectos indígenas hasta edad avanzada para poder hablar con ellos. A veces pasaba dos o tres días evangelizando en lugares que no le podían ofrecer ni una cama ni comida suficiente. Visitó así toda su extensa diócesis. Cuando alguien trataba de disuadirle alegando las dificultades del transporte y el peligro de bandoleros, Santo Toribio respondía que Cristo no había tenido miedo de hacerse hombre para salvarnos.

Aun cuando se hallaba de viaje celebraba la misa con gran fervor y se confesaba diariamente con su capellán.

Entre los miles que Santo Toribio confirmó se encuentran Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y el beato Juan Macías.

A partir del 1590 contó con el apoyo del franciscano San Francisco Solano, otro gran misionero y defensor de los indígenas y los pobres.

A los 68 años Toribio cayó enfermo en Pacasmayo, muy al norte de Lima. Llegó después enfermo a la ciudad llamada Santa. Hizo su testamento por el que dejo a sus empleados sus efectos personales y a los pobres el resto de sus propiedades. Después pidió que lo llevasen a la Iglesia para recibir el Viático y la Unción de los Enfermos.

Murió el 23 de marzo de 1606 mientras los presente entonaban el salmo: "Mi corazón se llenó de gozo cuando me dijeron que iremos a la casa del Señor".

Fue canonizado el 23 de marzo de 1606, 55 años después de Santa Rosa. San Toribio y Santa Rosa son los primeros santos del Nuevo Mundo.

MILAGROS DE SANTO TORIBIO

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Si consideramos el milagro tal como lo define la Real Academia de la Lengua: “Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural”, en torno a nuestro santo se han recogido más de un centenar. Dos fueron los milagros sancionados por la Congregación de los Sagrados Ritos de la Santa Sede: la curación total e instantánea de Juan de Godoy, cuyo pecho fue traspasado con una espada, y el manantial de agua brotado en el pueblo de San Luis de Macate.

Cuentan las crónicas que el Santo "al ver que las buenas tierras se quedaron sin agua, rogó por los habitantes del lugar, e inspirado por Dios subió a una altura a media legua del pueblo. Allí, revestido de pontifical, golpeó cual otro Moisés con su báculo tres veces las rocas, y de ellas brotaron tres brazos de agua cristalina que hasta ahora da vida, verdor, lozanía a aquella región. que corren en forma de cruz; el derecho riega la estancia de Rocotay, el izquierdo la villa de Macate y el centro corre de este a occidente por la quebrada denominada del milagro.

Este hecho no sólo está autenticado por una tradición constante en el pueblo, sino también porque en la festividad de Santo Toribio, cada 27 de abril, se repite, en el mismo lugar del milagro, el gesto del Santo. Hay además, en la iglesia de Macate una pintura que reproduce la escena, mandada pintar por el cura de Huaraz, Julián Morales. A media legua de la villa, hacia el este, existe esta fuente conocida como la del Milagro, donde existía un pequeño santuario.

Cuentan las crónicas que el Santo “al ver que las buenas tierras se quedaron sin agua, rogó por los habitantes del lugar, e inspirado por Dios subió a una altura a media legua del pueblo. Allí, revestido de pontifical, golpeó cual otro Moisés con su báculo tres veces las rocas, y de ellas brotaron tres brazos de agua cristalina que hasta ahora da vida, verdor, lozanía a aquella región.”.

Son varios los milagros vinculados con el agua: El de Llumpa, que nos refiere la tradición ubicada cerca de Piscobamba, en el lugar llamado Yishpaj por haber hecho brotar buena agua de una parte muy alta para regar el valle de Llacma o Gagananin. Como el Santo se dirigiese a pie de Pumallucay a Piscobamba y subiese fatigosamente en pleno sol de Llacma a Llumpa, se encontró con una mujer que llevaba un cántaro de agua.

 El prelado le solicitó por amor de Dios un poco de agua para sus acompañantes y para él mismo; la mujer se negó debido al mucho sacrificio que le costaba por traerla de un lugar muy lejano. Los caminantes reanudaron resignados la marcha y volvieron a encontrarse con otra mujer que accedió a la petición de calmar su sed. Santo Toribio, conmovido por la bondad de la mujer, le dijo: Desde ahora no tendrás que seguir sufriendo por tu agua y con el báculo golpeó la roca de donde brotó instantáneamente agua para beneficio de todos los moradores de la zona.

Otra por el estilo sucedió en Recuay, en la quebradita denominada "Arzobispo". Se cuenta que había una pequeña caída de agua con extraño ruido que humedecía el lugar, haciendo crecer una yerba venenosa que mataba a todo ser viviente que la bebía. El Arzobispo, al escuchar las lamentaciones de loa naturales, compadecido, marchó al lugar y lo conjuró rociando con agua bendita a las gentes que lo acompañaban y haciéndoles beber el agua.
El prodigio fue tal que nadie sintió los efectos de una cercana muerte. Entonces, todos se postraron de rodillas y agradecieron a Dios y al Arzobispo. A partir de ese momento, las aguas amargas, el santo las bendijo haciéndolas dulces y potables. En las inmediaciones del chorro de agua crece una yerba llamada "yerba del Arzobispo" con propiedades curativas para las mujeres y animales que van a dar a luz.

Varios son los milagros que tienen que ver con el nacimiento. La futura madre se encuentra en dificultades, le procuran una reliquia del santo (el bonete, el pectoral, el zapato) y da a luz perfectamente. Con todas las de la ley se le podría nombrar también patrono de la vida.