San Crisanto y Santa Daría Mártires

Fiesta: 25 de Octubre.
† martirizados hacia el año 283
Patrono de la República Checa; cerveceros.

No andéis, pues, acongojados por el día de mañana; que el día de mañana harto cuidado traerá por sí; bástale a cada día su propio afán. Mateo 6, 34

San Crisanto y Santa Daría, fueron unos jóvenes cristianos mártires pertenecientes a la Iglesia primitiva. Sus nombres aparecen en el Martirologio Jeronimiano, una lista temprana de mártires. Una iglesia fue construida en honor a los Santos Crisanto y Daría sobre el lugar de sepultura de estos dos Santos mártires en Roma.

Martirologio romano: En Roma, en el cementerio de Trasone, de la Vía Nueva Salaria, Santos Crisanto y Daria, esposos vírgenes mártires que fueron bien recibidos por el Papa San Dámaso.

Biografía de San Crisanto y Santa Daría.

San Crisanto pertenecía a la nobleza, era el hijo de un senador romano, nacido en Egipto. Siendo aún joven se fue con su padre a Roma, donde por su destacada inteligencia, brilló rápidamente.

Convencido de la vanidad de la idolatría, él se comprometió, con todos los medios a su disposición, en conocer la verdad y entregar su alma de las dudas que lo afligían.

Un caballero de edad avanzada, como un gran sabio, le señaló el camino. Crisanto fue con él con muchas preguntas. El anciano, Carpóforo, que era cristiano, no tuvo ninguna dificultad en abrirle los ojos al joven neófito. Crisanto abrazó al instante la verdad con ardor y se convirtió en un apóstol.

Su padre, al principio quedó atónito, se irritó y decidió llevar a su hijo de lejos de todo eso que él llamaba supersticiones y errores; pero no hubo remedio eficaz que valiese para este propósito.

El Joven San Crisanto estaba enamorado de la fe del Señor. El Padre, muy irritado, y dejándose llevar por sus pasiones, hizo valer la influencia de sus socios, así que encerró a su propio hijo en su palacio y le envió a una cortesana a que lo sedujera y le quitara su pureza.

La primera mujer no tuvo éxito, así que siguió enviando a otras para que se encargaran de esta infame labor de corromperlo, pero ninguna logró su cometido.

Finalmente, una chica virgen llamada Daría, quien era sacerdotisa de un ídolo considerado como baluarte del imperio, intentó todos los artificios para corromper al joven cristiano; pero la firme fe del joven, su coraje y fuerza de voluntad hizo que ella fuese conquistada por la gracia y terminó haciéndose cristiana. Santa Daría recibió el bautismo.

Frutos de un matrimonio santo.

San Crisanto y Santa Daria se vieron unidos por los lazos de la fe, la esperanza y la caridad. Acordaron guardar el lazo de la virginidad perpetua en secreto y se unieron en Santo matrimonio.

Esta decisión provocó que el Padre de Crisanto, le otorgara la libertad, y sin saberlo, le dio los medios para continuar su predicación de Cristo, y ahora junto a su virgen esposa

Muchas conversiones entre los agentes de la sociedad romana con la que ya conocía, fueron el fruto del apostolado de estos jóvenes esposos, San Crisanto y Santa Daria, incluyendo la del tribuno Claudio, con su familia y setenta soldados.

Los Santos Crisanto y Daria ejercieron obras de misericordia con los más necesitados y haciendo uso de sus riquezas, ayudaban a los más pobres y desvalidos.

Martirio de San Crisanto y Santa Daria.

Pero los rumores de su vida cristiana comenzaron a llegar a oídos de prefecto de Roma, quien detuvo a los Santos Crisanto y Daria para interrogarlos.

Después de soportar muchos tormentos y crueles torturas, San Crisanto fue encerrado en la prisión de Mamertine, y Santa Daría fue enviada a una casa de mala fama. Pero el Señor velaba tanto por ellos como ellos mismos lo había hecho con sus semejantes, y mantuvieron su pureza.

El emperador, ya irritado al extremo, ordenó que enterraran vivos a San Crisanto y Santa Daria. Al parecer, este tormento fue elegido con el fin de infligir a Daría la muerte reservada para los infieles. Y así alcanzaron la corona del martirio, año 284.

Después de la muerte de San Crisanto y Santa Daria, muchos de los fieles se reunieron en su tumba para celebrar el aniversario de su muerte, pero estos fueron sorprendidos por los perseguidores, que llenaron con piedras y tierra la cripta subterránea donde se reunían para venerar a estos santos esposos cristianos, de modo que todos perecieron. Más tarde, cuando se buscó y encontró la tumba de los santos Crisanto y Daria, se descubrieron también los huesos de estos fieles mártires, e incluso los vasos litúrgicos de plata, que utilizaban para la celebración de la Eucaristía. Todo se dejó como se encontró, y se levantó una pared para que nadie pudiera entrar en el lugar. Solo a través de una ventana abierta en la pared se podía ver la tumba de los Santos Crisanto y Daria, así como los huesos de los cristianos asesinados en la tumba.

El Sepulcro de San Crisanto y Santa Daria fue embellecida por el Papa Dámaso, que tenía poemas de alabanza a los mártires grabados en mármol y colocados allí. Durante las invasiones de los godos, el santuario fue profanado, pero más tarde fue restaurado. En el siglo IX los restos de los Santos Crisanto y Daria fueron llevados a Pram y de ahí transferidos a Munstereifel en la Prusia renana, donde eran muy venerados. Actualmente, las principales reliquias de San Crisanto y Santa Daría están en la Abadía de Saint Avold en la diócesis de Metz. La fiesta de estos santos esposos mártires se celebra en el martirologio romano el 25 de octubre.

Oración a San Crisanto y Santa Daria.

Oh Dios, que en tus esposos santos Crisanto y Daria realizaste el honor de la virginidad con la consagración del martirio, concédenos que, ayudados por su intercesión, podamos apagar en nosotros la pasión desenfrenada por los vicios, y merezcamos convertirnos en tu templo santo por medio de la pureza de intención del cuerpo y del alma, en compañía de los puros de corazón. Todo esto lo pedimos en nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Meditación sobre la jornada de un cristiano
Comienza el día con la oración de la mañana y termínalo con el examen de conciencia; todos los días asiste a la Santa Misa, haz por lo menos una corta lectura espiritual, sé fiel a tus prácticas de devoción para con la Santísima Virgen; todos los días encontrarás tiempo suficiente para tus negocios. ¿Cómo cumples tus ejercicios de piedad? ¿Cómo pasas los días de tu vida? 

Cuando a la noche encuentres que nada hiciste por Dios durante el día, di llorando: ¡Ay! ¡he perdido un día que podía haber hecho de mí un santo y me hubiera podido procurar una gloria eterna! Al levantarte, dite a ti mismo: He aquí, acaso, el último día de mi vida; si estuviera seguro que habría hoy de morir, ¿cómo emplearía esta jornada? Durante el día, al empezar tus acciones, eleva de vez en cuando tu corazón a Dios. Dile: Es por Vos, oh Dios mío, que trabajo y que sufro; concededme la gracia de que termine bien lo que emprendo y de que no os ofenda. Que toda mi vida os pertenezca, me ofrezco a Vos por entero (San Agustín).

Al examinar tu conciencia, hazte estas preguntas: ¿Qué virtudes he practicado hoy y qué pecados he cometido? ¿Qué fue de los placeres que gocé y de los honores que recibí? ¿Qué me queda de ellos? Y, al contrario, ¡qué alegría experimentaría si hubiese hecho o sufrido algo por Dios! Piensa, por fin, que tu sueño sea acaso para ti el sueño de la muerte y tus sábanas la mortaja con la que serás sepultado. La podredumbre será tu cama y los gusanos tu vestidura (Isaías).
El buen empleo del día.
Orad por los Obispos.


HACED, benignamente, Señor, que vuestros mártires San Crisanto y Santa Daría intercedan por nosotros, a fin de que tributándoles nuestros humildes homenajes, experimentemos los efectos de su constante protección. Por J. C. N. S.
Fuentes: Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. | Tomo IV; Patron Saints Index.