Nació en Bermondsey (Inglaterra), era padre del beato Tomás Felton; vivía en Southwark cuando llegó a Londres la bula con la que el papa san Pío V excomulgaba a la reina Isabel; Juan colocó una copia de esta bula en la puerta de la casa del obispo de Londres, se le pidió que huyera, pero él deseoso del martirio, se quedó en su casa esperando la detención.
Compareció ante el tribunal y reconoció haber fijado la bula papal y declaró que no reconocía la supremacía espiritual de la reina. No quiso pedirle perdón a la reina, porque estaba seguro de lo que había hecho. Fue condenado a muerte y como señal de que no guardaba rencor a la soberana le regaló un anillo suyo muy valioso.
Fue ahorcado en el patio de la iglesia de San Pablo en Londres, y cuando todavía estaba vivo empezaron a descuartizarlo y ya le habían arrancado el corazón cuando todavía se le oyó invocar el nombre de Jesús. Estaba casado y su hija Francisca tuvo el valor de asistir al martirio de su padre. Juan fue beatificado por el decreto de 1886, aunque no nominalmente por León XIII, que confirmó su culto.