9 de Julio
Es una de las grandes místicas de la Iglesia. Nacida en Mercatello (Marcas, Italia) el año 1660, fue de niña caprichosa y vivaracha, a la vez que piadosa y de buen corazón.
Era la menor de siete hermanas y su madre, que les dio una esmerada educación cristiana, falleció prematuramente. A los 16 años entró en el monasterio de clarisas capuchinas de Città di Castello (Umbría), en el que ejerció todos los cargos domésticos y fue muchos años maestra de novicias y abadesa. Destacó por su vida de oración y alta contemplación, acompañada de fenómenos místicos extraordinarios, incluso físicos, relacionados especialmente con la Pasión de Cristo.
En el «Diario» que escribió por orden de sus confesores nos ha dejado un elocuente testimonio de sus experiencias místicas. Murió en su convento el 9 de julio de 1727.
Oración:
Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica; haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.