3 de diciembre
†: 650 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Berin
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En Winchester, en Inglaterra, sepultura de san Birino, el cual, enviado a Gran Bretaña por el papa Honorio, tuvo su primera sede en Dorchester y difundió con empeño el anuncio de la salvación entre los sajones occidentales.
Beda el Venerable (+735) cuenta que los sajones occidentales, en tiempos del rey Cinigilso (o Cinigislo), fueron convertidos a la fe cristiana por Birino, enviado por el papa Honorio I (625-38). Luego de haber sido consagrado obispo por Asterio, obispo de Génova, el santo se dirigió a Gran Bretaña, con el propósito de ir más allá del territorio de los Anglos, adonde ningún predicador lo había precedido, pero, habiendo comenzado a evangelizar entre los sajojes occidentales (llamados en ese omento Gevissi), aun completamente paganos, se instaló entre ellos, abandonando la idea de ir más allá. En el 635, a un año de su desembarco, el piadoso misionero consiguió la conversión del rey Cinigilso, que fue avalado en el bautismo por Osvaldo, rey de Northumbría, llamado por Beda «santísimo y virtuosísimo».
Entre los dos reyes donaron a Birino la ciudad de Dorchester «ad faciendam inibi sedem episcopalem» (para que hiciera allí la sede episcopal); y el santo, después de haber construido y dedicado más iglesias, "multisque ad Dominum pio eius labore populis advocatis" (convocados muchos pueblos para el Señor con su piadoso esfuerzo), murió en el 649 o 650, y fue sepultado en la propia ciudad. Después de muchos años, durante el episcopado de Edda (876-903), su cuerpo fue trasladado a la iglesia de la ciudad de Venta (Winchester), que había sido consagrada en el 648.
Los restos del obispo fueron colocados en una urna en el 980; en el 1035 en un relicario, por iniciativa del rey Canuto, y en el 1150 en un sitio de honor. Pero a inicios del siglo XIII los Canónigos Regulares de San Agustín de Dorchester afirmaron, y sostuvieron siempre después con gran tenacidad, que los huesos del santo estaban conservados en su iglesia, ofreciendo como prueba un milagro obrado por Birino en el monasterio en el que había sido descubierta la supuesta tumba. Ni la intervención del papa Honorio IV logró dirimir la disputa, que sólo acabó cuando la supresión de los monasterios por Enrique VIII.
fuente: Santi e Beati