Por: . | Fuente: ACI Prensa
Martirologio Romano: En el pueblo de Tomhom, de la isla de Guam, en Oceanía, mártires Beato Diego Luis de San Vitores, presbítero de la Compañía de Jesús, y San Pedro Calungsod, catequista, que fueron cruelmente precipitados al mar, en odio a la fe cristiana, por algunos apóstatas y nativos seguidores del paganismo (1672).
Fecha de beatificación: 5 de marzo de 2000 por el Papa Juan Pablo II.
Fecha de canonización: 21 de octubre de 2012 por el Papa Benedicto XVI
Pedro Calungsod era un adolescente cuando salió de las Filipinas para las islas Ladrones en el Pacífico Oriental en 1668.
El jóven catequista era parte de un grupo de misioneros jesuitas que habían ido a traer a Cristo al pueblo Chamarro.
La vida era dura en las islas. Los víveres frequentemente tardaban en llegarles y eran sujetos a tifones.
A pesar de las privaciones, Pedro y los misioneros tuvieron éxito evangelizando a la gente. Las islas cambiaron de nombre a Las Marianas en honor a la Virgen María.
No tardaron en circular rumores acerca del agua que usaban los misioneros para bautizar a los conversos. Decían que era venenosa, y como algunos bebes morían después de su bautismo, muchos creyeron en los rumores.
El 2 de Abril de 1672, Pedro y un sacerdote jesuita, el Padre Diego, bautizaron a un bebe sin el consentimiento del Padre. El Padre se enfureció y empezó a aventarle lanzas a Pedro.
El Padre Diego no le permitía a sus compañeros cargar armas así es que no pudieron defenderse. Pedro fue herido en el pecho y en la cabeza. El Padre Diego le dió una absolución sacramental y después a él mismo le dieron muerte. Los asesinos echaron los cadaveres al mar y los restos de estos mártires nunca se recobraron.
Al recibir las noticias, los compañeros de Pedro dijeron: "¡Jóven afortunado! ¡Qué bién recompensados fueron sus cuatro años de servicio constante a Dios en esta misión tan dificil: ha ganado la primera entrada al cielo a nuestro superior, Padre Diego!".
Pedro era un buen jóven, un catequista virtuoso, un asistente constante y un buen Católico cuya perseverancia en la fe hasta el martirio comprobó que era un buen soldado de Cristo.
El Padre Diego Luis de San Vitores fue beatificado en 1985. Quince años después, el 5 de marzo de 2000, su compañero Pedro Callungsod fue también beatificado por S.S. Juan Pablo II.
El milagro para su canonizacion
El pasado 19 de diciembre de 2011 la Santa Sede aprobó oficialmente el milagro aceptado por la Congregación para la Causa de los Santos, que no se dio en circunstancias confusas o remotas, sino en los quirófanos de un hospital de la ciudad filipina de Cebú en 2003.
Varios medios de comunicación afirman que la beneficiada por este milagro llevaba dos horas "clínicamente muerta" cuando el cirujano cardíaco rezó por ella pidiendo la intercesión del entonces Beato Pedro. Otros afirman que sufría "muerte cerebral". No hay un comunicado oficial de la Iglesia que haya difundido la naturaleza médica concreta del caso.
Los medios más detallistas citan al vicepostulador de la causa, Ildebrando Leyson, quien asegura que la mujer, una empresaria que ni siquiera había oído hablar nunca del beato, sufría un "coma de grado 3 en la escala Glasgow". El grado tres es el peor, el más bajo (no hay Glasgow 2 ni 1 ni 0), es el que se da cuando, tras un traumatismo cerebral, no se responde ni a estímulos auditivos, ni al dolor, ni a la luz en los ojos. La empresaria llevaba dos horas en este estado (que si no es la muerte es su antesala) a causa de un infarto de corazón.
Hoy está sana, alegre, trabaja en la ciudad de Leyte y piensa acudir a la canonización, según adelantó en el Cebu Daily News el cardenal y arzobispo emérito Ricardo Vidal, gran promotor del santo. Los médicos locales, como los de la comisión médica vaticana, no atribuyen su recuperación a la medicina ni a una causa conocida.
Oración
San Pedro Calungsod,
joven imigrante, estudiante, catequista,
misionero, amigo fiel, mártir,
nos inspiras con tu fidelidad
en tiempos de adversidad,
con la valentía con la que enseñaste
en medio de hostilidades y
con tu amor al dar tu vida por el evangelio.
Haz tuyos nuestros problemas,
e intercede por nosotros
ante el trono de gracia
y misericordia para que al recibir
la ayuda del cielo seamos alentados
a proclamar y vivir el evangelio
aqui en la tierra.
Amen.