Santa Rosa de Viterbo

6 de Marzo
Virgen Terciaria Franciscana
(Viterbo, (Italia), 1234 – 6 de marzo de 1252), santa y virgen perteneciente a la Tercera orden de San Francisco.
Fuente: misa_tridentina.t35.com


Martirologio Romano: En Viterbo, en la Toscana, santa Rosa, virgen de la Tercera Orden de San Francisco, que, asidua en las obras de caridad, a los dieciocho años de edad consumó rápidamente el breve curso de su vida († 1253).
Etimológicamente: Rosa = Aquella que es bella como una rosa, es de origen latino.
Fecha de canonización: El Papa Calixto III la colocó en el catálogo de los santos en el año 1457.

Breve Biografía
Uno de los más brillantes ornamentos de la Tercera Orden de san Francisco, y de la santa Iglesia, fue la penitente y maravillosísima doncella santa Rosa, natural de Viterbo.

A los tres años recogiendo los pedazos de un cántaro que se le rompió a una niña, se lo devolvió entero; queriendo su padre ver el alimento que llevaba para los pobres, se convirtió el pan en rosas.

A los siete años se recogió en un aposento de su casa muy retirado, donde gastaba muchas horas en oración y maceraba su delicado cuerpo con tan ásperas penitencias, que se puso en grave peligro de perder la vida, y la hubiera perdido de no haberle traído del cielo la salud la Santísima Virgen, que, acompañada de coros de vírgenes se le apareció, y le ordenó que tomase el hábito de la tercera Orden seráfica.

La Santa al momento lo vistió con singular devoción. redobló sus admirables austeridades, mayormente después que se le apareció Jesús crucificado, cuya dolorosa imagen le quedó tan impresa en la mente y en el corazón, que la violencia del amor la traía como fuera de sí y la hacía correr por calles y plazas desahogando los ardores de su pecho y cantando las divinas alabanzas.

Por aquel tiempo afligían a la Iglesia numerosos enemigos, favorecidos por el emperador Federico Barbarroja; y santa Rosa teniendo solamente doce años, ilustrada con ciencia infusa, rebatió y confundió a los herejes con los más sólidos e irrefutables argumentos, despreciando los terrores de los sectarios, y la muerte misma que le quisieron dar.

Avergonzados, obtuvieron del gobernador de Viterbo que la arrojase de la ciudad so pretexto de que conmovía al pueblo. Caminando entre nieves y expuesta a perecer, llegó a Salerno, donde profetizó los prósperos sucesos que a poco se verificaron con la muerte del emperador.

Vuelta a su patria fue recibida por sus conciudadanos con increíble regocijo. Quiso retirarse a la soledad en el monasterio de santa Clara; y como no fuese admitida, dijo que, puesto que no la recibían viva, la recibirían muerta.

Para que no saliesen defraudados sus deseos de soledad y recogimiento, continuó en el retiro de su casa sus acostumbrados ejercicios de oración y penitencia, atormentando su inocente cuerpo con ayunos, cilicios y disciplinas, y esto con tanto mayor espíritu y fervor cuanto sentía más cercano el fin de su vida, que esperaba como el principio de otra eterna y bienaventurada en el cielo, adonde voló el alma purísima de la santa, el día 6 de marzo de 1252, a la temprana edad de sólo diez y ocho años.

Sepultaron el sagrado cadáver en el templo de santa María de Podio; pero a los pocos meses Alejandro VI, que se hallaba en Viterbo, amonestado tres veces por la santa, que trasladase su cuerpo al monasterio de santa Clara, lo hizo con triunfal magnificencia, cumpliéndose entonces el vaticinio que había hecho la santa cuando no fue admitida en aquel convento.


ORACIÓN
Oh Dios,
que te dignaste admitir
en el coro de tus santas vírgenes
a la bienaventurada Rosa,
concédenos por sus ruegos y merecimientos
la gracia de expiar todas nuestras culpas
y de gozar eternamente
de la compañía de tu Majestad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.


Su muerte tuvo lugar a la edad de 18 años en 1252. Su cuerpo fue colocado sin féretro debajo del pavimento de la Iglesia de Santa María del Poggio. Inocencio IV inició el proceso de canonización, que se interrumpió con la muerte del papa en 1254.

En 1258 Alejandro IV, tras una serie de visiones de la santa, mandó desenterrar el cadáver, que se encontró incorrupto, y trasladarlo al monasterio de Santa María de las Rosas. Esto se hizo solemnemente con una procesión presidida por Alejandro IV y cuatro cardenales el 20 de septiembre, de ahí que se la célebre la fiesta de Santa Rosa en este día.

En 1357 quedó reducida a cenizas la capilla que guardaba sus reliquias, y se quemó la caja que las contenía; el cuerpo sólo cambió de color.

Nicolás VI ordenó al consejo de la ciudad de Viterbo que en la procesión de la Candelaria tres cirios de cera blanca recordaran a todos la luz de su apostolado, su amor a Dios y a los hombres, y su blancura virginal.

Calixto III reconoció su culto inscribiéndola en el Martirologio Romano.

Se la representa con crucifijo en mano, predicando o en la hoguera. Algunas veces recibiendo la sagrada comunión y viendo en sueños los instrumentos de la pasión de Jesucristo.

Resultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de Viterbo
Resultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de ViterboResultado de imagen para Beata Rosa de Viterbo