Por: Antonio Borrelli | Fuente: santiebeati.it
Martirologio Romano: En la zona de Rapolla en la Basilicata (Italia), San Vital de Castronovo, monje. († 993)
Breve Biografía
Vital fue monje en Rapolla, Provincia de Potenza, en la Basilicata (región del sur de Italia históricamente conocida como Lucania).
Natural de Castronovo de Sicilia, en el valle de Mazara, sus padres eran Sergio de Mennita y Crisónica, siendo una familia rica de alto linaje. Fue bautizado en la iglesia local y educado según los preceptos del rito griego, en esta época de dominación musulmana a los cristianos se les permitía en la isla una cierta autonomía en materia religiosa.
Al crecer no le interesaron los estudios sino que se inclinó por la vida espiritual, que le llevaría a entrar en torno al año 950 en el retiro ascético del monasterio de san Felipe, de los monjes basilios, que estaba situado en la ladera del monte Etna en Agira (Enna) y en el que recalaron muchos ascetas calabreses y sicilianos de los siglos IX y X, aquí permanecería cinco años dedicado a la oración y el trabajo.
Transcurridos estos años pidió permiso al abad y realizó con un grupo de hermanos una peregrinación ritual a la tumba de los santos apóstoles en Roma; durante el viaje fue mordido por una serpiente venenosa en Terracina (Latina), y se dice que aconteció una curación milagrosa tras hacerse él mismo la señal de la cruz sobre la herida.
En su camino de regreso decidió no volver al monasterio y se separó de sus compañeros, eligiendo vivir como un eremita, ocuparía una cueva cercana a Santa Severina (Crotona), en Calabria, durante dos años.
Volvería después a Sicilia incorporándose a un cenobio cercano al de Agira, también bajo la regla de los basilios, permaneciendo en éste doce años, perfeccionándose.
Al final de este período regresó a Calabria para proseguir su vida anacoreta y peregrinaría por esa tierra; se asentó cerca de Cassano en el monte Lipirachi, en esta zona conoce al abad del convento de Locri (Antonio de Gerace), monje eremita que cumplía una vivencia muy estricta, con quien permaneció unos días dándole sabios consejos sobre moderación.
Continuó hacia Roseto Capo Spulico (Cosenza), en Lucania, donde habitó en un lugar solitario frente al mar, lugar que por su aislamiento servía también como guarida de criminales.
San Vital lo transformaría en un lugar de paz y tranquilidad, ganándose el afecto de las gentes de Roseto que quisieron levantar una iglesia dedicada a san Basilio. De este período es el relato según el cual obró un milagro al orar por los cultivos amenazados por una inundación, la cual cedió, y finalmente la cosecha fue fructífera para alegría de todos.
En los años sucesivos cambió varias veces de ubicación eremítica: San Chirico Raparo, Monte Sant-Angelo, monte San Juliano (Erice). Pasando por Mercurion y Latiniano, en la Lucania, sitios organizados de vida monástica local, volvió a moverse por la región, fundando monasterios en varios lugares y confortando a los monjes angustiados por las invasiones sarracenas.
Pero fue por poco tiempo, pues su vocación le llevaba a escuchar al Señor en la quietud de la soledad; así que se estableció en una cueva próxima a Armento (Potenza).
En varias ocasiones oraría pidiendo a Dios poner remedio en asuntos de mayor o menor gravedad, por lo que su fama se extendió, al punto que, en 979, el gobernador bizantino de Bari, Basilio, le llamó a su presencia para conocerle; acudió acompañado de oros dos mojes y le confesó. Durante su permanencia allí una fuerte tormenta que se había desatado no provocó daños.
El santo siempre atendía a quienes se acercaban con sinceridad a pedir su mediación y obtener la gracia divina, como un hombre que pudo tener hijos; también atendía a quienes acudían arrepentidos de sus malas acciones buscando expiar sus culpas. Vital aplicaba la norma evangélica del amor universal, especialmente hacia los pecadores.
De vuelta a Lucania se dedicó a restaurar el monasterio de los Santos Adrián y Natalia, que habían sido saqueados por los sarracenos, acción en la que los lugareños vieron la mano de su santidad. Cerca de finales del siglo los sarracenos realizaron un segundo ataque y saqueo de este monasterio, los hermanos monjes huyeron ante el peligro para salvarse, pero Vital fue capturado.
Se cuenta que cuando uno de los atacantes iba a matarle, un rayo fulminó su cimitarra derribándolo muy dolorido, el santo ayudó a sanar a su agresor a la vez que advertía a los sarracenos de que se retiraran, y así lo hicieron, abandonando estas tierras, pero se llevaron como prisionero a Vital, quien sufrió muchas torturas.
Una vez liberado se refugió con su sobrino Elías, también monje basilio de Castronovo, junto a él fueron a Torri donde fundó un monasterio, y luego fueron a Rapolla donde fundaría su último monasterio.
Aquí, una vez señalado quien sería el nuevo abad del monasterio, Vital moriría, ya con avanzada edad, era el 9 de marzo de 993.
responsable de la traducción: Xavier Villalta