Santa Juana de Valois

Reina de Francia, 4 de febrero
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Fundadora de la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María
Martirologio Romano: En Bourges, de Aquitania, santa Juana de Valois, que
siendo reina de Francia, al ser declarado nulo su matrimonio con Luis XII se dedicó a servir a Dios, cultivando una especial piedad hacia la Santa Cruz y fundando la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María (1505).

Fecha de canoización: 28 de mayo de 1950 por el Papa Pío XII.

Breve Biografía
Infancia y adolescencia
El rey, su padre se desilusionó mucho con su nacimiento, porque esperaba al tan ansiado delfín. Muchas historias se han contado con respecto a si Juana era deforme o no, el día de su nacimiento se informó que la reina Carlota había dado a luz a una bella niña, luego se le diagnosticó raquitismo y escoliosis, deformación de la columna vertebral y desarrollo desigual de los miembros inferiores y de la pelvis y una debilidad ósea generalizada. La pequeña princesa vivió junto a su madre hasta los 5 años en el castillo de Amboise, luego fue llevada al castillo de Linieres mientras que sus hermanos Carlos y Ana continuaban en Amboise, nunca más volvió a ver a su madre.

Fue criada por Francisco de Beaujeu, señor de Linieres y su esposa Ana de Culan, elegidos por el mismo rey Luis XI, la pequeña se encariñó mucho con ellos y creció rodeada de una ambiente cariñoso y estrictamente religioso. La enseñanza religiosa encontraba en esta niña un terreno muy fértil.

Matrimonio
El rey, su padre, no la visitaba ni quería saber mucho de ella, pero como gran estratega político que era, comenzó a organizar la boda cuando Juana aún era muy pequeña. Se eligió como futuro marido de la princesa Juana a su primo Luis, hijo de su tío el duque Carlos de Valois y de la princesa María de Clevés; muy halagado, el duque Carlos aceptó y el 19 de mayo en Blois se firmó el contrato matrimonial.

Cuando su futura suegra la conoce estuvo a punto de desmayarse al ver lo deforme que era la joven princesa. Nada se podía hacer y el joven futuro Luis XII debió casarse con ella; el 8 de septiembre de 1476 ambos jóvenes fueron llevados al castillo de Montrichard y se unieron en una ceremonia privada. Lo extraño de esta boda es que no hay indicios de si fue consumada o no, dada la importancia que tenía en esta época la consumación de un matrimonio.

El príncipe Luis no toleraba la presencia de su esposa, y ella sufría humillaciones continuas; vivía en Limieres la mayor parte del tiempo aislada de la corte, y cuando su esposo forzosamente la visitaba, éste se pasaba el tiempo cazando o persiguiendo mujeres. El rey Luis XI quería herederos de esta unión e imponía a su yerno que cumpliera su deber marital. Luis XII siempre negaría la consumación de este matrimonio.

El calvario de Juana
Su padre fallece en 1483 y sube al trono su hermano, como Carlos VIII de Francia; esto garantizaba a Juana que su matrimonio seguiría porque su hermano estaba muy unido a ella y la protegía. Pero el 7 de abril de 1498, su hermano muere sin herederos y el trono pasa, por la ley sálica que regía en Francia, a su esposo Luis, que se convierte en Luis XII. Este no quiere seguir casado con Juana y decide repudiarla alegando que nunca se consumó el matrimonio y que ella no es capaz de darle un heredero a la corona. Luego de un juicio vergonzoso para ambos, Luis consigue el divorcio y se casa con la reina viuda Ana de Bretaña, que tampoco conseguirá darle un heredero varón.

Últimos días
Juana de Valois en 1499 es creada Duquesa de Berry y se traslada a Bourges donde funda una congregación femenina para ayudar a los enfermos y celebrar la Anunciación y la Encarnación. La regla de la nueva Orden de la Anunciación de la Virgen María fue aprobada por el papa en 1501. En el monasterio construido por ella pronuncia sus votos en 1503. Desgastada por el ayuno continuo al que se sometía murió el 4 de febrero de 1505, tenía apenas 40 años. Se encontró sobre su cuerpo lacerado un singular cilicio: un trozo de laúd, había clavado en él cinco clavos de plata en recuerdo de las cinco llagas de Cristo, y lo mantenía fijo a su pecho por un círculo de hierro. Fue su confesor el monje San Francisco de Paula, a quien Luis XI en sus últimos días, encargó de la formación de sus hijos, de manera especial del delfín que contaba apenas con 14 años. Su esposo que la había humillado y rechazado tantas veces, hizo celebrar en su honor grandes funerales. Fue beatificada en el siglo XVIII y canonizada el 28 de mayo de 1950.

Oración a Santa Juana de Valois

Señor Dios todopoderoso,
que de entre tus fieles elegiste a Santa Juana de Valois
para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a tí,
concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo,
nuestro Maestro, para que logremos así
alcanzar la gloria de tu Reino eterno.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.



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