304 d.C.
Hijo de Lucantonio Villa y Mustiola, no se sabe con exactitud la fecha ni el año de su nacimiento; murió el 15 de enero de 1304 en Citta della Pieve (Perusa), donde había nacido. de niño fue piadoso y estudioso, asiduo al templo. De joven, movido por las palabras de Jesús, vendió sus pertenencias y con el dinero recibido ayudó a los pobres y reparó un viejo hospital para los enfermos pobres, a quienes servía personalmente y atendía a todas sus necesidades.
Natural de Castel la Pieve, Chiusi era hijo de una familia acomodada; estudió Derecho y se hizo sacerdote después de leer el texto evangélico: “El que no renuncia a todo no puede ser mi discípulo”.
Obtuvo de sus padres el anticipo de su herencia para repartirla entre los pobres, quiso ser sacerdote secular pero Terciario franciscano para vivir en la pobreza franciscana. Reconstruyó un hospital donde ayudó a los enfermos a los que les daba consejos legales gratuitamente. En la iglesia del hospital se dedicó a la predicación y al confesionario. Vistió una túnica basta y sobre ella el cordón franciscano. Para sostener el hospital pidió limosna por los pueblos. Llevó al hospital a los leprosos y demás enfermos abandonados que encontró, y asimismo, aprovechando su condición de graduado en leyes, defendió a los pobres ante los tribunales.
Un potentado de Chiusi había usurpado los bienes del hospital de la ciudad, donde se atendía a los pobres. Como jurista que era, primero en el tribunal de Chiusi y luego en el de Perusa, defendió vigorosa y convincentemente el hospital, y obtuvo sentencia favorable, confirmada por la Corte de Roma. Entonces el Señor de Chiusi, herido a causa de la derrota, tramó la venganza y lo hizo asesinar a hachazos por un grupo de sicarios.
Su tumba se convirtió en lugar de peregrinación y su culto se difundió rápidamente en la región. Cuando cogieron a los asesinos dijeron que murió perdonándoles y pronunciando el nombre de Cristo y de María. Su culto fue confirmado por SS Pío VII en 1806.
ORACIÓN AL BENDITO BEATO JACOBO EL LIMOSNERO PARA PEDIR AYUDA EN NECESIDADES ECONÓMICAS Y DEUDAS MUY GRAVES
Bendito Beato Jacobo Limosnero,
abogado de pobres y oprimidos
que siendo hijo de una familia acomodada
repartiste tus bienes entre los pobres,
y lo dejaste todo para vivir en la pobreza
de la gran familia franciscana.
Tu que predicaste:
"El que no renuncia a todo
no puede ser mi discípulo”
apiádate hoy de mi,
que afligido y agobiado por mis necesidades,
a ti recurro con humildad,
y con la gran esperanza
de encontrar consuelo, ayuda y remedio
de las penas que me afligen
que son graves y de urgencia.
De la misma manera que tu obtuviste,
de la generosidad de tus padres,
el anticipo de la herencia
que te correspondería en su día
para repartirla entre los pobres,
y poder saciar sus necesidades,
apiádate de mi.
Alma generosa, recurro a ti a pedir limosna
para poder saciar las mías
poder encontrar desahogo,
y liberarme de las angustias
que mis carencias económicas me provocan.
(Hacer la petición con mucha fe)
Tu que reconstruiste un hospital,
pidiendo limosna y con tu esfuerzo,
te apiadaste, ayudaste y aconsejaste
a los enfermos y necesitados,
con bondad y diligencia,
no me dejes en el abandono,
pues mi fe es ti es grande,
y mi suplica desesperada.
Acógeme y defiéndeme como tu siempre hiciste,
ante Dios Nuestro Padre Celestial,
para que muestre su misericordia conmigo,
y me sean abiertos los caminos,
que se me ofrezcan oportunidades
para saldar mis deudas,
recibir mi sustento diario,
y procurarme un futuro mejor,
libre de angustias y aflicciones
para mi y los míos.
Acógeme bajo tu protección
santo mío,
y abre ante mi un futuro prometedor,
un porvenir más favorable,
para que yo pueda agradecerte tu favor
y mostrarte mi devoción y agradecimiento
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.