San Eugenio de Toledo

Obispo, 15 Noviembre

Obispo, escritor y poeta español de la época visigoda. Es uno de los Padres de la Iglesia hispánica.

Fue discípulo de Braulio de Zaragoza, estudiando con él en la Iglesia de Santa Engracia de esa ciudad. Fue llamado "El Poeta" y supo fundir las enseñanzas de su maestro y de San Isidoro de Sevilla. Se destacó, además de por su actividad poética, como músico y teólogo. Fue nombrado Obispo de Toledo y es considerado como el iniciador del Arzobispado de esta ciudad tras ser designado en el 649 por Chindasvinto.

Vida y obra
Sus poemas y los testimonios de San Ildefonso, además de un relato martirológico del siglo IX, son la principal fuente conocer su biografía. Se educó con San Eladio y más tarde, atraído por la fama de Zaragoza como foco cultural, ingresó en el monasterio de Santa Engracia para ampliar sus estudios con San Braulio, uno de los personajes más cultos de su tiempo y que mantuvo constante comunicación con San Isidoro.

San Braulio, tras ser nombrado obispo de la sede zaragozana en 626, escogió a Eugenio para que fuera su arcediano. En el año 649 fue nombrado arzobispo de Toledo por Chindasvinto, como muestra la carta del rey visigodo a Braulio, donde expresa su deseo de nombrar a Eugenio titular de un arzobispado en Toledo. Braulio, que veía en él a su sucesor en la sede cesaraugustana, se opuso sin ningún éxito. Desde su nueva cátedra toledana impulsó la cultura y celebró los concilios VIII, IX y X de Toledo. Fue asimismo, en tal sede catedralicia, promotor de la música sacra.

En cuanto a su actividad literaria, escribió libros de teología, epístolas y poemas. Entre su poesía, destaca el Libellus diversi carminis metro (Libro de poesías diversas). Una de sus composiciones habla de san Ildefonso, aunque no ha llegado hasta nuestros días. Otra, titulada «Lamentum de adventu propriae senectutis» («Lamento por la llegada de mi propia vejez») [1], trata el tema de la vejez, el paso del tiempo y la implacabilidad de la muerte. Asimismo, Eugenio enseñó Gramática y Sagrada Escritura y fue consejero de los reyes Chindasvinto y Recesvinto.

La narración martirológica sobre su vida y reliquias fue compuesta a mediados del siglo IX por un autor anónimo, probablemente el presbítero del santuario de Deuil donde, según la leyenda hagiográfica, reposaron los restos de San Eugenio. Existen dos versiones del relato. La más extensa se conserva en manuscritos de las bibliotecas de Bruselas, La Haya y París.

Murió el año 657 en Toledo y fue sepultado en la basílica de Santa Leocadia.

Tu voz, ruiseñor, incita a cantar canciones;
por ello mi lengua rústica de ti canta alabanzas.

Tu voz, ruiseñor, en el canto a las cítaras vence
y con tus admirables melodías aventajas a los músicos vientos.

Tu voz, ruiseñor, expulsa lejos la simiente de las cuitas
y con tus blandos sones recrea el corazón angustiado.

Los campos floridos habitas, del herboso césped gozas  y en el follaje de los árboles a tus retoños incubas.
A tus canoros cantos responden los arbustos
y el mismo bosque frondoso tu canto con sus ramas acompaña.

Cedan su puesto, por mi juicio, el cisne y la charlatana golondrina,
y cédalo también a ti el loro de eximia boca.
Jamás ave ninguna imitará tus cantos,
pues dulce miel de tu gorjeo fluye.

Entona, pues, con tu vibrante lengua tus trémulos susurros
y con tu garganta suave modula el fluido canto.

Ofrece grato sustento a los oídos solícitos.
No quiero que te calles, no quiero que te calles.Toda gloria, alabanza y bendición a ti, oh Cristo, que a tus siervos proporcionas estos agradables bienes.






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