Cotija, 6 de febrero de 1928.
Mi querida mamá:
Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que en los momentos actuales voy a morir, pero no importa, mamá.
Resígnate a la voluntad de Dios.
No te preocupes por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis hermanos que sigan el ejemplo que les dejó su hermano el más chico.
Y tú haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre.
Salúdame a todos por última vez y tú recibe el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba.