Juan Pablo II y Teresa de Calcuta





A dos días de su partida a la Casa del Padre, el Papa Juan Pablo II, amigo personal de la religiosa, dedicó el rezo dominical del Angelus en la Plaza San Pedro a la madre Teresa de quien dijo lo siguiente:

"La querida Religiosa reconocida universalmente como la Madre de los Pobres, nos deja un ejemplo elocuente para todos, creyentes y no creyentes. Nos deja el testimonio del amor de Dios. Las obras por ella realizadas hablan por si mismas y ponen de manifiesto ante los hombres de nuestro tiempo el alto significado que tiene la vida".

"Misionera de la Caridad. Su misión comenzaba todos los días antes del amanecer, delante de la Eucaristía. En el silencio de la contemplación, Madre Teresa de Calcuta escuchaba el grito de Jesús en la cruz: tengo sed. Ese grito la empujaba hacia las calles de Calcuta y de todas las periferias del mundo, a la búsqueda de Jesús en el pobre, el abandonado, el moribundo".

"Misionera de la Caridad, dando un ejemplo tan arrollador, que atrajo a muchas personas, dispuestas a dejar todo por servir a Cristo, presente en los jóvenes".

"Ella sabía por experiencia que la vida adquiere todo su valor cuando encuentra el amor y siguiendo el Evangelio fue el buen samaritano de las personas que encontró, de toda existencia en crisis y despreciada".


Madre Teresa de Calcuta: una vida dedicada a su prójimo

¿ Qué es lo que la vincula a la figura de Juan Pablo II a la "pequeña" gran Madre Teresa de Calcuta...? Los dos sacaron su fuerza de la Fé, de la contemplación meditabunda de Dios; los dos dedicaron su vida con la ayuda de su prójimo, y por "prójimo" nos referimos a todos los que verdaderamente lo entendían: Madre Teresa ayudada por su colegas, no pedía a sus "enfermos", es decir a aquellos a los que cuidaba tan generosamente, cual era su "crédo", sino cuidaba a todos ellos porque eran criaturas de Dios.

Recordemos que St Francisco tuvo, muy al principio, retenciones frente al leproso Es que nuestro lado "humano" reclama siempre sus derechos, es sensible a los " malos olores ", experimenta simpatías y antipatías... Pero ya que nos sentimos fuertes en nuestra "debilidad", como ha dicho St Pablo, es decir que nuestra fuerza viene sólo del que puede dárnosla, y gracias a ella podemos superar tantos límites humanos...

Hubo quien criticó a la Madre Teresa ya que encontró a la Princesa Diane, pero con humor del que tenía facilidad, dijo que no había visto a la Princesa Diane sino Diane la desgraciada, he aquí otro don del Espíritu Santo, ella tenía el don de poder "leer" en los corazones y de ver "más allá de lo que ven los ojos de la carne", un don que le permitía darles amor a los que eran desgraciados o a los que están lejos de la luz divina.

¿Nunca jamás habríamos sospechado sólo una mujer tan profunda y altruista experimenta un sentimiento de "aridez" espiritual y piensa que Dios está lejos de ella? Sin embargo sus escritos nos demuestran que era así, a pesar de eso continuó en el curso de los años amando y sirviendo al Señor, sin descuidar por eso las horas dedicadas a la contemplación y a la oración.

Contamos que - para confirmar la importancia que daba a la adoración de Nuestro Señor - acompañó a la puerta a un sacerdote que dijo durante una catequesis hecha a ella y a sus hermanas de hábito, que no era indispensable arrodillarse delante de Nuestro Señor, pero que una simple reverencia pudiera bastar, Madre Teresa le dijo que no era “indispensabile” que él volviera otra vez al convento...

Las monjas del orden de Madre Teresa hacen siempre “coexistir" su apostolado con una vida contemplativa muy intensa, y demuestran el hecho que no se puede "excusar" por rezar poco falta del tiempo: Todo el mundo sabe cómo estas monjas emplean su tiempo ayudando a los necesitados, sin embargo jamás olvidan Al que debe tener la supremacía sobre todo y sobre ellos: ¡ nuestro Señor!