Beatificación del Cura Brochero

16 de Marzo
Imágenes del Beato Cura Brochero


 


La Villa Cura Brochero está colmada de feligreses que asisten a la beatificación. Foto: LA NACION / Ricardo Pristupluk
Un evangelio vivo entre los pobres. «¡Ya el diablo me va a robar un alma!», era su frase.
Lima, 14 de septiembre de 2013 (Zenit.org)

Con motivo de la beatificación realizada este sábado 14 de septiembre del presbítero argentino José Gabriel Brochero, conocido como el Cura Brochero, ofrecemos a nuestros lectores una breve reseña biográfica ofrecida por el episcopado argentino, que permita acercarse más a esta figura relevante para la Iglesia latinoamericana y mundial, empeñada hoy en la Nueva Evangelización.

La ceremonia de beatificación fue presidida por el enviado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato, Prefecto para la Causa de los Santos, quien dio lectura al instrumento del Vaticano que concede al “venerable ciervo de Dios, José Gabriel del Rosario Brochero, sea llamado beato" y "que su fiesta pueda celebrarse cada año el día 16 del mes de marzo”.

Mientras los presentes manifestaban su alegría y agradecimiento por la beatificación, el cardenal Amato dio comienzo a su homilía destacando y valorando la figura de Brochero, al subrayar que “fue un verdadero benefactor de la humanidad” e instó a que “sigamos admirándolo, imitándolo en sus obras materiales y espirituales”.

El cardenal dijo que Brochero “dedicó su vida al bien y a la santificación de los fieles, sobre todo de los más necesitados” y que “cada día predicaba la palabra de Dios con homilías bien pensadas, bien articuladas y sin improvisaciones”.

Amato destacó que aún con su formación académica en filosofía supo llevar un “lenguaje simple, sencillo y popular para que todos pudiesen entender lo que decía. Un vocabulario serrano” y en ese sentido lo consideró “un verdadero comunicador que transmitía alegría y esperanza” a la gente.

En otro de los pasajes de su homilía el enviado del Vaticano valoró la “coherencia” entre la vida y la enseñanza evangélica de Brochero, a quien calificó como “una persona de gran riqueza espiritual que comunicaba el amor ilimitado de Dios”.
“Brochero predicaba, confesaba, dirigía, asistía a la gente” por intermedio de sus ejercicios espirituales renovadores desde la oración y como devoto de la Virgen María.

“Se caracterizaba por la inmensa caridad pastoral frente a los más necesitados. Se olvidaba de sí mismo para salir a caballo a visitar a la gente de su pueblo. Lo amaban, lo seguían. Fue un verdadero benefactor de la humanidad”, reiteró Amato.

Asimismo, enumeró las obras que Brochero consideraba de suma importancia para el desarrollo y crecimiento de la población y su gente, tal el caso de construcción de escuelas, albergues, iglesias, y destacó también su intervención para que los trabajadores “reciban un salario justo” a la par de sufrir por los niños que dejaban la escuela para trabajar.

El cardenal Amato ofreció luego la comunión a los presentes y los primeros en recibirla fueron Nicolás Flores y sus padres, Sandra Violino y Osvaldo Flores.

Nicolás es el adolescente que tuvo un grave accidente automovilístico en el 2000 y pudo salvar su vida al invocar su padre al cura Brochero, cuyo milagro fue el fundamento de la beatificación del `cura gaucho´.

El sacerdote Jorge Frigerio, uno de los coordinadores de la organización de la ceremonia religiosa estimó que participaron más de 100.000 personas, en tanto que desde el área de turismo provincial estimaron que las presencias fueron cercanas a los 150.000 peregrinos, según cifras preliminares.

Entre los presentes en la ceremonia estuvieron en representación del Gobierno nacional el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez; el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri, y el secretario de Políticas Universitarias, Martín Gill.

También participaron el gobernador José Manuel de la Sota; el intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre; legisladores nacionales, provinciales, intendentes, obispos de distintas provincias y países vecinos.


Cuando no había caminos ni medios de comunicación, a fines del siglo XIX, el cura gaucho recorrió esta zona, que combina con maestría la piedra y la vegetación, montado en una mula o a pie. Llegó a lo que se llamaba Villa del Tránsito con 29 años de edad y tres de sacerdote. Y se quedó aquí hasta su muerte, a los 73 años, en 1914. Dos años después, los políticos dieron su nombre al pueblo del que fue un virtual intendente. Así lo considera la abogada defensora de su causa ante el Vaticano, la rosarina Silvia Correale.

En una charla que dio anteayer en la capilla de la Casa de Ejercicios Espirituales que hizo construir Brochero, Correale destacó que el "cura", como llama al nuevo beato, se ocupó de asistir a los serranos que vivían aislados del resto del país, tanto a nivel espiritual como social y económico. Construyó caminos, el cementerio y un acueducto, abrió escuelas, acequias y una oficina de correo, entre otras iniciativas. "Brochero era noticia siempre porque hacía un montón de cosas. Entonces, ¿era un activista? No, porque estaba profundamente unido a Jescuristo. Eso le daba un plus porque era imposible hacer todo lo que hacía sin recursos", dijo la abogada. Y agregó: "Era un posconciliar, un teólogo de la liberación; un hombre de gobierno", que rechazó el liderazgo político.

El momento más esperado hoy será el descubrimiento de una gigantografía con la foto oficial del nuevo beato. Muchos sacerdotes aconsejan que quienes estén presentes "aprovechen ese instante para pedir alguna gracia".
Consultado, otro cura gaucho argentino, el monje Mamerto Menapace, sugirió lo mismo, pero lo dijo con humor: "A Brochero, como buen criollo, no le pidan milagros; él sólo hace gauchadas. En eso es experto"

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Ante 200.000 fieles, el "cura gaucho" José Gabriel del Rosario Brochero será oficialmente declarado beato este sábado. La ceremonia religiosa se realiza en la localidad cordobesa de Traslasierra.

La ceremonia religiosa de beatificación –que se anunciaba a partir de las 10 de este sábado- está a cargo del cardenal Angelo Amato, en un predio de cerca de 10 hectáreas especialmente adecuado para la oportunidad y que se ubica a unas seis cuadras de la denominada "Manzana Brocheriana".

El programa de beatificación comenzó a las 6 con la Vigilia del Rosario de la Aurora; a las 7 continuó con una celebración previa del Rincón Brocheriano; a las 9 fue el arribo del cardenal Amato y a las 10 inició la Celebración Eucarística y comienzo de la Ceremonia de Beatificación del cura Brochero.

"Tenemos datos que ya llegaron más de 50.000 personas y sin ninguna duda se está viviendo un clima de mucha alegría. Un clima que nos hace bien a la familia y nos sentimos bendecidos todos al sentir está gran cercanía con el padre Brochero", había destacado un día antes el titular de la Diócesis de Cruz del Eje, Santiago Olivera, que tiene a cargo toda la logística de la beatificación.

Asimismo, detalló que el viernes comenzaron a llegar los obispos de las distintas provincias y de países limítrofes, quienes participaron esa noche de una misa del inicio del Triduo presidida por el Cardenal Estanislao Karlic, Arzobispo Emérito de Paraná, en el Templo y Santuario Nuestra Señora del Tránsito.

Por su parte, el intendente de Villa Cura Brochero, Gustavo Pedernera, destacó que alrededor de 6.000 personas están involucradas directa e indirectamente en la organización del evento religioso, lo que implica "un gran compromiso de solidaridad y fe con la vida y la obra de Brochero".

Desde las primeras horas del viernes se pudo ver delegaciones de feligreses de varios puntos del país, portando imágenes religiosas representativas de su lugar de origen que arribaban permanentemente para sumarse a la fiesta de fe que se vive en traslasierra.

También se pudo observar la llegada de parte de los 3.000 jinetes peregrinos, como el caso de la Agrupación Tierra y Tradición que, a monta de caballo, partieron hace diez días de distintos puntos de sur provincial y encabezada por el obispo de Río Cuarto, monseñor Eduardo Martín.

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Beato José Gabriel del Rosario Brochero

Nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto.

Habiendo ingresado al Colegio Seminario Ntra. Sra. de Loreto el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad. Siendo Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de Maestro en filosofía por la Universidad de Córdoba.


A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto de 4.336 kilómetros cuadrados. Con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas. Incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicara su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes. Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 kilómetros requería tres días a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona.

En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes. Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran. "abandonados de todos pero no por Dios", como solía repetir.

Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos, llevando siempre lo necesario para la Misa en las ancas de su mula. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni el frío lo detenían. "Ya el diablo me va a robar un alma", decía. Se entregó por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solicitadamente para acercarlos a Dios. Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: "Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí". Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Tránsito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.